martes, 27 de junio
Salimos de Victoria Falls y nos dirigimos al sudoeste de Namibia, directamente hacia el Calagari Desert, pues teníamos la intención de perder uno o dos días corriendo sus pistas, pues no nos daba tiempo a atravesarlo.
Hicimos noche en un Lodge muy simpático y acogedor, llamado Elephant Sands, que tiene unas treinta cabañas alrededor de una charca artificial, que al mantenerla con agua, desde hace mucho tiempo los elefantes ya han cogido la costumbre de venir a beber.
Hacen todas las noches de frío una hoguera de tamaño natural y después de cenar, la gente toma una copa al fuego, viendo como llegan los elefantes, con la curiosidad es que no hay vallas entre estos y la gente o la hoguera, solo como dos metros de suelo donde han puesto pequeñas piedras de punta para que lo elefantes sepan que no se puede pasar, pero si alguno se enfadara podría pasar, ahora los elefantes son libres de moverse entre las cabañas, el camping o la zona de recepción y restaurante donde estaría el fuego, de tal forma que con la charca llena de elefantes por la noche, irse a la tienda o la la cabaña, debe de hacerse con precaución, pues te puedes topar con varios elefantes que van o vienen de la charca.
Volvimos hacia Kasane y alli pasamos la frontera de Zimbawe a Botswana, y derechos desde alli al desierto del Calahari.
Atención un elefante mayor, cruzando la carretera, cuando el coche se para y le habla el elefante se solivianta,
Atención un elefante mayor, cruzando la carretera, cuando el coche se para y le habla el elefante se solivianta,
cenamos el buffe del Lodge, que nos dio un estofado de caza riquísimo.
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